Al identificar esta molécula, llamada TRPV4, no solo han podido explicar cómo el sol daña la piel, sino que han sido capaces de bloquearla para evitar el dolor, picor y enrojecimiento por lo que se abre una nueva vía de tratamiento. Los investigadores no se quedaron en la propuesta teórica y desarrollaron un compuesto farmacéutico que inhibe selectivamente la molécula, al que han añadido alcohol y glicerol.
De momento, sólo lo han probado en ratones y en muestras de piel humanas, aunque los investigadores confían en proporcionar un nuevo tratamiento para evitar las quemaduras solares. «Nos queda mucho trabajo por hacer pero pensamos que los inhibidores de la TRPV4 pueden formar parte del arsenal de productos con los que nos podemos defender del sol, tal vez en forma de crema o como opción para tratar el daño solar crónico», explica Martin Steinhoff, uno de los autores de la investigación que se publica en la revista médica «Proceedings».
El primer obstáculo que deberán salvar es comprobar que no hay otras moléculas implicadas en el daño solar, además de la ya identificada.
Fuente: abc.es
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UVB radiation generates sunburn pain and affects skin by activating epidermal TRPV4 ion channels and triggering endothelin-1 signaling.