El estudio demostró
que en las personas que duermen mal, habían aumentado los signos de
envejecimiento de la piel y la recuperación de una variedad de factores
de estrés ambiental, tales como: alteración de la barrera cutánea
o daño por rayos ultravioleta (UV) fue más lenta. Además tenían pobre
valoración de su piel y apariencia.
Según el Dr.
Baron, Director of the Skin Study Center at UH Case Medical Center y
Associate Professor of Dermatology at Case Western Reserve University
School of Medicine. "La falta de sueño se ha convertido en una
epidemia mundial. Aunque la falta crónica de sueño ha sido
relacionada con problemas de salud:. tales como obesidad, diabetes,
cáncer y problemas inmunológicos, los efectos sobre la función de
la piel eran desconocidos."
En el estudio participaron
60 mujeres pre-menopáusicas con edades de 30 y 49 años. La mitad de
las participantes tienen pobre calidad del sueño.
Los
investigadores encontraron diferencias estadísticamente
significativas entre las participantes de buena y mala calidad de
sueño.
Las de mala
calidad
de sueño presentaron un aumento en los signos de envejecimiento
intrínseco incluyendo líneas de expresión, pigmentación
irregular, laxitud de la piel y elasticidad reducida.
Las de buena
calidad
de sueño, obtuvieron mejoras significativas en los signos de
envejecimiento extrínseco, como los que se atribuye principalmente a
la exposición al sol, tales como: arrugas gruesas, pecas y
quemaduras solares.
Estas conexiones entre el sueño y el envejecimiento de la piel, ahora con el apoyo de datos científicos sólidos, tendrá un profundo efecto en la forma en que se estudiará la piel y sus funciones.
Extraído y traducido del original publicado en specialchem (Link)