Fumar es la principal causa de enfermedad y de muerte que se puede prevenir en el mundo desarrollado.
El consumo de tabaco está directamente relacionado con las enfermedades cardiovasculares, enfisema pulmonar y muchos tipos de cáncer.
Como órgano expuesto al humo de cigarrillo, no es de extrañar que el tabaco afecte la piel de muchas maneras diferentes.
Los efectos del tabaquismo sobre la piel pueden dividirse en tres categorías:
Enfermedades de la Piel afectada por fumar:
El fumar está asociado con un mayor riesgo de desarrollar psoriasis, sobre todo las formas pustulosas y más significativamente en las mujeres. También reduce la respuesta a los tratamientos y se ha asociado con formas más graves de la enfermedad.
Algunos de los componentes del humo del cigarrillo (la nicotina y el monóxido de carbono) afectan la cicatrización. Los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar complicaciones post-quirúrgicas relacionadas con la piel, como cicatrices antiestéticas y fallo de sutura. Por esta razón, es extremadamente importante que los pacientes dejen de fumar 4 semanas antes y sigan sin fumar hasta 4 semanas después de una cirugía para mejorar la cicatrización y curación.
Aproximadamente el 80% de los pacientes que desarrollan cáncer de labio son fumadores y el consumo de tabaco es responsable del 91% de los cánceres de la cavidad oral.
Además, el tabaquismo está asociado con un mayor riesgo de desarrollar carcinomas de la región anogenital.
Enfermedades de la piel directamente afectada por el consumo de tabaco:
Fumar puede ser causa de dermatitis alérgica de contacto y con mayor frecuencia afectan la cara y las manos.
El níquel, fragancias y formaldehído encontrados en los cigarrillos son los agentes causantes.
Fumar también se ha asociado con urticaria generalizada o la que afecta sólo a los labios.
Por último, el tabaco es responsable de más de la mitad de los casos de la enfermedad periodontal en adultos.
Consecuencias cosméticas del uso de tabaco:
Los dedos y la uñas manchados de amarillo, los cambios en color de los dientes y el aliento son típicos entre los fumadores.
Además, el contacto directo del humo de tabaco y la cara reduce la humedad de la piel y contribuye a la sequedad de la piel del rostro, muy típica en fumadores.
Además, varios estudios han demostrado que el tabaquismo es un factor de riesgo independiente para el desarrollo y el aumento de las arrugas faciales.
Estos cambios dependen de la dosis y tienden a ser más evidentes después de 35 años.
Las mujeres parecen ser más afectadas que los hombres y la piel clara más que la oscura.
27/5/10
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