11/11/09

Cosmetotoxicología

El Papiro de Ebers, obra publicada en 1500 a.C., Hipócrates
(430-364 a.C.), Theophrastus (370-287 a.C.), Dioscorides (40-90 d.C), Sócrates (470 a.C), Mitridates (120-63 a.C.), Lex Cornelia (século IV a.C), madame Toffana, Marquesa de Brinvillers y Paracelsus, entre otros, fueron los precursores de un área del conocimiento que se afirmaba como especialidad, la Toxicología Forense.
Los daños ocasionados a los trabajadores expuestos al mercurio y al plomo, más tarde confirmados por Paracelsus en la obra On the miners’ sickness and other disease of miners, paralelamente a los trabajos experimentales de Mathieu Orfila (1787-1853), permitieron el nacimiento de las especialidades relacionadas a la salud ocupacional, clínica y experimental.

El Senado de los EE.UU. revisó, en 1933, la legislación sanitaria - editada en 1906 -, sin embargo el tan esperado acto se constituyó en verdadero fracaso. Sucedieron otras acciones: en 1947, la creación del Federal Inseticide, Fungicide and Rodenticide Act mientras el US Food and Drug trató de la seguridad de los alimentos, medicamentos y cosméticos.
Después de la promulgación de este último, 107 personas murieron debido a la ingestión de jarabe de sulfanilamida que contenía dietilenoglicol como vehículo. A pesar de esto, en 1962, el mundo conoció la catastrófica acción teratogénica de la talidomida.

Sin duda, estas tragedias podrían ser evitadas. Así, la especialidad bautizada como Toxicología Regulatoria se mostró imprescindible en el área sanitaria.
La seguridad de los ingredientes y productos cosméticos es objeto de sucesivas evaluaciones toxicológicas, que muestran la fuerza de la especialidad regulatoria. ¿Por qué? Cerca de 13 mil ingredientes son manipulados en la producción de aproximadamente 30 mil formulaciones. El Scientific Committee on Cosmetic and non-Food Products, de la Unión Europea, generó y/o alteró 121 actos regulatorios relacionados a los tintes capilares, conservantes, colorantes y filtros solares durante el periodo de 2000/06 (Food and Chemical Toxicology 47:898-905, 2009).
Actualmente, desde el punto de vista globalizado, con pequeñas diferencias, la Toxicología cuenta con las siguientes especialidades: Regulatoria, Industrial, Académica, Ocupacional, Médica, Ecológica, Ambiental, Genética, Evaluación de Toxicidad, y tiene como socios a la Patología, Epidemiología, Fundamentos Mecanicistas, Biología Molecular, Farmacología, Farmacocinética y Evaluación del Riesgo. Desde el punto de vista académico, otras podrán ser indicadas en función de los perfiles de los cursos, obligatorias u optativas. Los cursos deben ser equipados para atender a la enseñanza, investigación y la formación de los recursos para el sector productivo.

La riqueza de los trabajos disponibles en la literatura científica y regulatoria ya valida el registro de una nueva especialidad, la Cosmetotoxicología, gracias al crecimiento exigido por el sector productivo (Technovation
25:1263-72, 2005) y regulatorio, los cuales exigen productos seguros y normatizados, catalizando a la Academia en la búsqueda investigativa.

Creemos que la Cosmetotoxicología vino para quedarse, llega fortalecida, con premisas y fundamentos que se organizan de forma sistemática para el uso del cosmético cada vez más seguro, donde el riesgo puede ser plenamente determinado.

Las publicaciones y los actos regulatorios confirman este neologismo - la Cosmetotoxicología - que engloba temas de Cosmetología y Toxicología, altamente direccionados a la seguridad de los ingredientes y productos cosméticos, tales como la Cosmetovigilancia, Cosmetotoxicología, Cosmetovigilancia, Inmunotoxicología, Toxicovigilancia, Dermatotoxicología y Toxicogenómica.

Las nuevas contribuciones científicas deben ser recibidas como reconocimiento al desarrollo científico: estamos seguros de que la Cosmetotoxicología atiende la plena interacción de estas dos importantes áreas del saber: la Toxicología y la Cosmetología.
La “Cosmetotoxicología” ciertamente, hoy anunciada por primera vez, valora el neologismo, de forma amplia e irrestricta a dos disciplinas milenarias – la Toxicología y la Cosmetología - que caminan en régimen de dependencia científica para garantizar la seguridad de los usuarios de los productos cosméticos.

Artículo extraido de Cosmetics on Line Latinoamérica - Octubre/Diciembre 2009.

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